“El cine me ha educado emocionalmente y en multitud de aspectos. Me considero más que cinéfilo, cinéfago”

Charlamos con Nicolás Gaude, actor y profesor del taller “¡Fílmame!” que tendrá lugar en el Teatro de la Sensación el 29 y 30 de septiembre dentro de las actividades de FECICAM 13

¿Qué vamos a encontrar en tu taller?

Yo espero que encuentren en el taller sobre todo un lugar para equivocarse, para no buscar resultados, porque parece que los actores tenemos siempre esta presión de tener que llegar a un lugar concreto y tener que hacerlo de determinada manera y muchas veces se nos olvida que sobre todo y mas en un taller de dos días hay que jugar, hay que equivocarse, hay que probar, hay que intentar no parecerse a otros modelos que tenemos, o a otros actores u otros referentes, sino desde nuestras particularidades y desde nuestros “defectos” vamos a encontrar una forma única de ponernos delante de una cámara. Y sobre todo yo animo a los participantes a que propongan que es lo que quieren trabajar, o qué personajes siempre han querido hacer o qué escenas. La idea es adaptar las escenas que ya tenemos o que yo voy a proponer para el taller a algo que quieran ellos trabajar porque si de repente uno quiere trabajar la comedia o alguien más el drama, o algo que siempre haya querido hacer, pues que en este taller se den el gusto y el capricho, que siempre nos olvidamos que esto sobre todo es un juego, debería ser un juego, y cuando nos ponemos en modo demasiado profesional, pues nos ponemos muy tensos. Sobre todo es importante recordar que ningún método es el correcto y todos los son. Así que lo que a cada uno le sirva bien está. Entonces hay que olvidarse de estas reglas o verdades absolutas que hay acerca de la interpretación porque cada uno tenemos nuestra manera de acercarnos a un personaje o a una escena, y eso es lo que vamos a tratar de intentar buscar en el tiempo que tenemos en este taller así que, ¡a disfrutarlo mucho!

¿Cuál fue tu motivación para empezar en el mundo del cine y los audiovisuales? ¿Qué te hizo tomar esta decisión?

Sobre todo, lo primero que soy antes que intérprete, es espectador de cine. He sido mucho más que cinéfilo; Cinéfago (siempre repito esta palabra) que es como devorador de cine desde muy pequeño. Ahí se me abrió un mundo increíble que no me podía fascinar más porque para mi siempre el cine sobre todo me ha educado, me gusta mucho decir eso, que la educación emocional, todos estos referentes y todos estos personajes que he visto desde muy pequeño, desde adolescente, me han hecho descubrir la amistad, el sexo, el terror, la familia -me vuela la cabeza  con tantas imágenes-  y entonces decidí bastante jovencillo con 14-15 años que me quería acercar a ese mundo de alguna forma. Primero me acerqué con las revistas de cine y con los programas de radio de cine, que escuchaba sin parar, luego yendo al videoclub, que esto suena como muy antiguo, y ahí fui empapándome de un montón de cosas, observando a los actores y las actrices, tomando nota incluso de los diálogos. Me aprendía los diálogos de memoria con pelis como Pulp Fiction o pelis españolas como “Hola estás sola” o “La flor de mi secreto”. Me aprendía los diálogos o me compraba los guiones, y la consecuencia lógica de eso vino cuando empecé a hacer teatro. Después empecé a ir a castings de publicidad y alternando con los rodajes (empecé a trabajar en series) hice un módulo de FP, un grado superior de imagen por la inquietud de querer conocer todo lo que rodeaba al mundo del cine no solo como actor sino también como creador, para escribir historias, para rodarlas, para filmarlas y yo creo que es algo como, que los actores, las actrices está bien que cuanto más conozcamos sobre el medio, cuanto más amemos el cine y todos los gremios. Cuanto más nos acerquemos a los guionistas, a los técnicos, a los directores y trabajar en equipo. Todo ese trabajo en equipo se pone al servicio de un objetivo común y eso me parece súper enriquecedor y productivo.

Estamos en un festival de cine español emergente. ¿Cómo recuerdas tu primer o primeros proyectos?

Sobre todo, los recuerdo con mucha ternura, porque en aquella época era todo menos accesible y no había tanta información. Recuerdo los primeros castings, intentar hacer castings de películas, cuando no tenía ni representante ni había hecho las primeras series, más o menos con 18 años cogía las páginas amarillas (risas) que esto es casi del pleistoceno y llamaba a las productoras de cine directamente por teléfono para preguntar si tenían castings. Recuerdo que llamé a una productora, la que hizo la película “Nadie conoce a nadie”, llamé y me citaron para un casting, y me acuerdo que en el casting tenía que poner como voz de robot, porque la escena en la película era como en una secta, y después de aquel casting y por las ganas que tenía, conseguí que me hicieran una prueba sin tener representante, sin videobook y sin haber trabajado previamente. Y también tengo el recuerdo con 18 o 19 años, de ir por la calle y estas cosas que creen que nunca pasan, pues me pasó. Me pararon para preguntarme si era actor y si quería hacer una prueba, pues bueno a raíz de eso hice un casting para una película que se llamó “Sagitario” que dirigió Vicente Molina Foix. Para esa película hice varias pruebas e incluso una entrevista con el equipo y  estuve cerquita, yo era muy joven, estaba mas verde que una lechuga, pero bueno, todo esto lo estoy contando porque esto es una mezcla de azar absoluto y de suerte de estar en el sitio y lugar adecuado con perseverancia también. Y a ese cóctel unirle el estar un poco loco y no parar de intentarlo e incluso echarle morro para conseguir que te hagan una prueba y una audición. Yo recuerdo con mucho cariño estos pre-inicios en los que las ganas me podían y me lanzaba ahí a la aventura.

¿Qué consejo le darías a aquellas personas que están queriendo dar el salto a este mundillo tan apasionante pero aun no se atreven? ¿Hay alguna fórmula mágica?

Bueno justo el otro día me pasó en un rodaje, estábamos rodando la serie de “Valeria” y hablé con muchos chicos y muchas chicas de figuración muy jovencitos, y había una sensación como de tener mucha prisa. Fíjate que me han llegado a decir actores con 20 años que se les va a pasar el arroz, fíjate con 20 años! Y yo les digo, que tengo 42 “es que yo todavía estoy en el camino, siempre estoy en el camino y siempre tengo la sensación de que tengo todo por conseguir y nada por conseguir, de que está todo por hacer y eso es lo guay”

 Pienso que nos meten en la cabeza que hay que llegar a algún sitio y estamos marcados en la profesión por palabras que yo no soporto como “éxito” “fracaso” “tirar la toalla” “abandonar” Son como construcciones sociales terribles que presionan un montón y al final te sacan del camino y del disfrute del día a día, porque si estás pendiente de que tienes que llegar a algún sitio no estás disfrutando de lo que estás consiguiendo y de lo que estás haciendo. Yo no puedo recordar con más cariño todos los cafés teatros, los teatros en antros que he hecho, los ensayos en salas de mala muerte, las figuraciones, el volver a empezar, el siempre estar volviendo a empezar y es que dar el paso es querer hacerlo, es tener ganas de hacerlo. Que nadie te diga que ahora estás preparado y ahora no.  Yo cuando estaba en la escuela, cuando estaba en Réplika, nos juntábamos los compañeros los fines de semana y decidimos que teníamos ganas de actuar, de montar una obra de teatro, de buscar un texto, de buscar a alguien que nos dirigiera con 4 duros. Incluso salíamos a la calle a hacer improvisaciones y numeritos para sacar pasta para el proyecto y para hacer promoción de la obra. Y había gente que nos decía “pero sino habéis acabado la escuela” “sino estáis preparados” y yo decía “es que yo me voy preparando según voy trabajando”

Hay como esta cosa de que parece que siempre hay que estar en un momento adecuado como “ya estoy preparad para hacerlo” “ya voy a triunfar” y eso te genera una frustraciones terroríficas. Y por supuesto que esta es una profesión dura, ¡Durísima! Con muchos altibajos y con muchas dudas, pero si tienes claro que clase de actor eres cuando no trabajas -que esa frase me la dijo mi amiga María Escobar que me encanta- me dijo:  “tú piensa que actor eres cuando no trabajas”. No eres actor porque estés trabajando o porque te den trabajo, sino que tu naturaleza como actor está ahí siempre y además hay que mimarla, cuidarla y enriquecerla todo el rato para que no se muera, porque si realmente es vocacional y si tienes ganas de actuar, hay que hacerlo y no hay que darle tantas vueltas. No hay que tener como objetivo ni salir en la TV, ni ser famoso, ni ser una estrella de cine, ni que te conozcan, porque a veces te ocurre eso y te pilla en un momento de tu vida que no eres nada feliz, y otras veces haciendo una obra de teatro de pequeño formato eres el más feliz o la más feliz del mundo. Hay que olvidarse de estas cosas que nos dicen desde fuera y que son muy peligrosas y buscar nuestro propio camino

¿Cómo eres como docente y cómo eres como intérprete?

Como docente creo que me gusta recoger lo que los alumnos y alumnas me dan porque, aunque parezca un topicazo, cuando he dado clases de teatro, de interpretación sobre todo a adolescentes en institutos y colegios en Madrid, pues yo flipaba mucho por lo que me daban y por la frescura que tienen. Hay gente que no se dedica profesionalmente o no tiene la etiqueta de profesional o no está tan pendiente de lo de fuera y son realmente buenos. Yo siempre en las clases digo, es que estoy aprendiendo yo mas; voy como muy abierto a aprender. Me gusta tener las clases muy preparadas, pero también estar dispuesto a desmontarlas en base a los estímulos que me van ofreciendo los alumnos, porque sería muy absurdo tener una estructura súper marcada e imponerla de alguna forma, cuando lo que estoy enseñando es lo contrario, que hay que estar abierto, que hay que ser flexibles, que hay que ver lo que pasa, que cada uno es un mundo, que hay que escuchar lo que quiere cada participante y como es, estar como muy receptivo a lo que necesita cada uno según su personalidad, su manera de ser. Si un alumno está nervioso, ir a piñón fijo no tiene ningún sentido. A mi me gusta si hay algún bloqueo, usar la música, y si uno se traba no pasa nada, pues dilo con tus propias ppalabras.Es muy chulo volvernos un poco locos, y además romper cualquier tipo de bloqueo siempre desde el cariño, desde la comprensión desde el buen rollo porque no hay nada peor que ir a rodaje o a una clase y salir con tensión porque eso no es necesario.

Otra de las grandes mentiras que se cuentan es que un actor tiene que sufrir para actuar y eso no es verdad. Si yo quiero sufrir pero con gusto preparando un personaje, pues adelante, pero que el sufrimiento venga desde fuera no desde un grito o una mala palabra o un acoso, eso no hace falta. Y luego como actor tengo que aprender un poco más de mi parte como docente. A veces me falta un poco como actor esta parte más relajada  aunque creo que con la edad se me va pasando esa presión e intento relativizar. No pasa nada si tenemos un mal día o una mala sesión de rodaje, eso no va a quedar para la eternidad. Al final somos seres vulnerables y eso hay que permitírselo, Yo creo que hay que tratarse con cariño, yo ahora me trato con mucho cariño, antes no lo hacía ahora si. Por ejemplo, veo un trabajo antiguo por ejemplo de un cortometraje que a lo mejor no estaba perfecto o veo una serie que no está muy bien…y digo mira, pues no pasa nada, porque ese día me paso esto y lo otro y aun así salí adelante. Yo creo que hay que tratarnos con cariño, y darnos palmaditas de vez en cuando y decirnos que somos muy valientes  por dedicarnos a esto y también recordar que hay cosas más importantes por otro lado. Es decir darle importancia a lo que hacemos y por otro lado quitarle hierro al asunto para mantener los pies en el suelo

Por otro lado como interprete soy también muy preguntón, me gusta que me saquen de la zona de confort y trabajar desde el cuerpo. Adoro la fase de investigación y composición de personaje( cuando hay tiempo) y trabajar con referencias de secuencias de películas, con imágenes, bandas sonoras, colores…Casi todos mis anclajes vienen del mundo del cine, y automáticamente mi cabeza encuentra paralelismos entre el personaje y el proyecto que estoy preparando con otros que ya existen.

TEATRO DE LA SENSACIÓN

Del 29 al 30 de Septiembre de 2022

17’30 – 21’30 h. TALLER ¡Fílmame! impartido por Nicolás Gaude.

Taller para jugar ante la cámara, intercambiar roles y desmontar universos.
Partimos de un mundo fácilmente reconocible: el de las películas de Almodóvar, y nos ponemos delante del objetivo para encontrar nuestra propia forma de desenvolvernos ante este, siempre con curiosidad, siempre desde el juego.

 INSCRIPCIÓN – Coste 9€ (Incluye la reserva de la plaza. Plazas Limitadas)

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